Un rayo de luz entró por mi ventana
Y me calentó la cara.
Era Dios, que con su dulce amor
Me saludaba.
Y yo lo ignoraba,
Y yo lo olvidaba.
Luego cuando el rayo de luz se ocultaba,
El frío y la oscuridad llegaban
Porque su presencia en mi vida no estaba.
Y supe que su unción
No es solo un momento de emoción.
Su presencia es vida, es calor.
Nada llena mi corazón
Más que su luz, su resplandor.
Quiero yo ser,
Aquella humilde mujer,
Que se postró a tus pies
Se olvidó de las cargas, del que hacer.
Te contemplaba, te escuchaba y te adoraba.
Al mundo no eligió
Dijo: - Aquí estoy SEÑOR.
- Eres mi mejor porción.
Eso mismo haré yo
Es mi mejor elección
Estar cerca de ti y escuchar tu voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario