sábado, 15 de febrero de 2014

LA BENDICIÓN

Estaba acostumbrada a tenerla, rodeada de bienestar y perfección. Realmente no me interesaba su proveniencia, solo sé que era mía y yo suya tan cercanos como hermanos, si era del cielo o era por mis propios méritos, buenas circunstancias, convenientes coincidencias o suerte, me daba igual.
Pero un día ella me faltó, como pierde el niño su juguete más preciado, la vi partir y con ella se llevó cada ilusión, cada sueño, cada anhelo y cualquier destello de felicidad. Su partida fue triunfal, su despedida cruel y su recuerdo doloroso.
¿Quieren saber? Mi salud me faltó, mi madre murió, la ruina se quedó a vivir en mi casa, yo misma sentí como el desplome de mis edificios caía sobre mí sin que yo pudiera evitarlo y lo peor, sin que yo pudiera hacer absolutamente nada para mejorar las cosas.
Entonces en verdad me pregunté ¿Por qué nunca me interesé por saber de dónde venía?
Para al menos haber enviado una carta de agradecimiento, una prórroga, un plazo por más años y como ahora, presentar una solicitud de inconformidad. Si había que pagar, les aseguro nunca me llegó ni un recibo, si estaba en mora nunca me di cuenta.
 
Desperté de mi sueño, fue tan real, jamás querrán sentirlo”
¿De dónde viene mi bendición? Yo creo que es de parte del Creador.
Es gratuita, es valiosa, es hermosa, es un regalo.


Aprovecha cada instante para vivir conscientemente tu bendición y no dejes pasar los momentos en que puedes mirar al cielo y decir: TE AGRADEZCO SEÑOR, TE AGRADEZCO.


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